Hace muy poquito, Mapi y yo (Sergi), nos escapamos a Madrid para asistir a un evento organizado por Intermundial, del Grupo Atlantigo. Y no solo fue una jornada inspiradora, sino que salimos con la cabeza llena de ideas y el corazón aún más comprometido con una forma de viajar que, además de placentera, sea respetuosa y responsable.
La cita reunió a un grupo de creadores de contenido de distintos rincones y especialidades, todos con algo en común: las ganas de construir un turismo diferente. Desde el primer momento se respiró un ambiente de conexión auténtica. Charlamos, compartimos experiencias, hicimos buen networking y reflexionamos sobre el papel que tenemos como comunicadores a la hora de influir positivamente en nuestras comunidades.
El eje central del evento fue el lanzamiento de una campaña preciosa que nos invita a replantearnos cómo viajamos. Porque viajar no solo es hacer la maleta y poner rumbo a otro lugar: también es una oportunidad para dejar el mundo un poquito mejor. Y ahí entra en juego el nuevo sello “Soy Sostenible”, una distinción pensada para reconocer a quienes ya están haciendo las cosas bien en materia de turismo responsable.
Durante el encuentro, se habló de muchas cosas, pero lo que más resonó fue la idea de que la sostenibilidad no es una moda, sino un compromiso. Desde el respeto por las culturas locales, hasta decisiones tan simples como elegir productos de cercanía o reducir residuos, todo cuenta. Cada gesto suma.
Uno de los momentos más potentes fue la intervención de Pablo Nemo, explorador y comunicador, que nos dejó claro que no se trata de renunciar a viajar, sino de hacerlo con más conciencia. De mirar el mundo con ojos nuevos y actuar en consecuencia. Porque sí, podemos seguir recorriendo el planeta, pero con más respeto, más empatía y más intención.
Volvimos a casa entusiasmados, sintiendo que algo se está moviendo en el mundo del turismo. Y saber que, desde Ahorradoras, podemos aportar nuestro granito de arena, nos motiva muchísimo.
Gracias Intermundial por crear este espacio, por las conversaciones, las ideas y por recordarnos que otro tipo de viaje —más humano y más justo— no solo es posible, sino necesario.