La otra tarde tuve que hacer de niñera para una amiga y, como no podíamos bajar a la piscina por la tormenta que hubo, se me ocurrió hacer manualidades con los peques para pasar la tarde. Los niños se lo pasaron súper bien haciendo un caballito.

Busqué por todas partes hasta que encontré ropa inservible y un calcetín viejo; cogí el palo de la escoba (también hubiera servido el de la fregona), celofán (deseché el hilo y la aguja para que ellos pudiesen realizar toda la manualidad), dos botones y un poco de lana, un trocito de cartón y los cordones de unos playeros.

 

Aunque nosotros empleamos los materiales que fui encontrando por casa (ya que así, además de crear una manualidad, reciclé objetos que no tenían salida de ninguna otra forma), vosotros podéis emplear materiales de colores alegres y vivos para que el resultado sea muy divertido y original.

Lo primero que hicimos fue introducir la ropa vieja dentro del calcetín (pero vosotros podéis utilizar lana o cualquier otro material blandito). Hay que tener cuidado, si nos excedemos, el calcetín no formará un ángulo de 90 grados y no parecerá la cabeza de un caballo.

Cuando el calcetín adoptó la forma deseada, pegamos los botones, a modo de ojos, y la lana, para imitar las crines y la boca. Después, con el cartón, recortamos dos triángulos que sirvieron de orejas. Finalizada esta parte, introdujimos un extremo del palo del cepillo en el calcetín y mantuvimos los dos elementos unidos pegándolos con celofán.

Por último, enrollamos y atamos los cordones alrededor del “morro” para crear unas riendas. Y listo. Una vez le hayáis puesto nombre (el nuestro se llama Relámpago), ¡a galopar!

Deseo os haya gustado esta manualidad para realizar con niños 🙂