La cafetera pequeña que me ha hecho dejar de pensar en cápsulas.
Por las mañanas, en los primeros minutos de haberme levantado, tengo pocas cosas claras. Pero dos, clarísimas: una, que el café es imprescindible para ponerme en marcha y dos, que no me vengas con líos innecesarios a primera hora.
He tenido cafeteras de muchos tipos: italianas, automáticas, con cápsulas, otras más manuales. Todas tenían algo en común: o eran cómodas pero caras a largo plazo (y no lo he dicho pero le tengo mucha manía a las cápsulas) o hacían buen café pero te pedían un máster barista antes del primer sorbo.
Y, estas Navidades, Papá Noel me ha traído esta cafetera Cremmaet Cube de Cecotec. Pequeña. Discreta. Sin alardes. Y pensé: “Bueno… vamos a probar”.
Y siento hacerte spoiler: se ha quedado en casa.
Lo primero que te gana es el tamaño. Ocupa poco espacio, de verdad. Nada de reorganizar media cocina ni de negociar territorios en la encimera. Es un electrodoméstico que no viene a estorbar; que hay otros que son de acaparar encimera, aunque ayuden, ya lo sabéis, y eso se agradece en una casa de personas reales, no las de cocinas abiertas de 30 metros cuadrados.
Lo que más me ha gustado (y no es poco)
Hacer café es absurdamente fácil.
Casi parece un telegrama, pero es cierto. Aprietas botón, ruido breve, olor a café recién molido… y taza lista.
Sin cápsulas, sin historias, sin manuales eternos, todo y que yo siempre recomiendo leer el manual, por si las moscas. Yo lo hice y la verdad es que es breve, porque hay poco que contar. Y luego…
Café de verdad, del que huele a café.
El café sale bueno. Y constante
Aunque lo parezca, no es magia, el resultado es porque cuenta con 19 bares de presión. Tiene preinfusión y un molinillo integrado que hace su trabajo con dignidad.
El resultado es un espresso con cuerpo, crema decente y sabor reconocible. La calidad del café realizado, evidentemente, dependerá también de la calidad del café en grano que compres y le pongas.
Yo, personalmente, aconsejo siempre café natural, nada de torrefactos (que lo tuestan con azúcar y no me gusta), pero, aparte, está el hecho de que con estos tipos de café el azúcar ensucia las aspas del molinillo y puede ocasionar atascos en el mecanismo.
El agua caliente, un pequeño gran detalle.
Aquí entra mi mujer, que está encantada.
La opción de sacar agua caliente ha jubilado definitivamente el calentador para infusiones. Té, manzanilla, lo que toque. Un botón y listo. Pequeñas victorias domésticas…jajaja.
Calienta rápido (muy rápido)
He estado mirando en el manual de instrucciones para entender cómo calienta tan rápido. Y es gracias al sistema Thermoblock: no hay esperas eternas. Ideal para mañanas con prisa y cerebro aún en modo avión.
Relación calidad-precio muy sensata
Por lo que cuesta, ofrece más de lo que promete. Y eso, hoy en día, no es tan habitual.
Lo mejorable
Hay que ajustar el molinillo con un poco de paciencia.
Al principio conviene jugar con la molienda hasta encontrar el punto ideal. No es enchufar y olvidarse para siempre. Pero una vez lo tienes, ¡arreglado!
Limpieza: sencilla.
Como toda superautomática, pide un mínimo de atención. Nada exagerado, pero hay que cuidarla si quieres que siga dando buen café.
¿Para quién creo que es esta cafetera?
Desde luego, para mí, sin duda. Y para quien:
Quiere café en grano, no cápsulas.
Valora la simplicidad por la mañana.
Tiene poco espacio y cero ganas de cacharros enormes.
Aprecia los pequeños extras útiles, como el agua caliente.
No es para quien busca latte art nivel Instagram ni rituales infinitos. Es para quien quiere buen café, rápido y sin complicarse la vida.
Mi conclusión
La Cremmaet Cube no intenta impresionar. Y quizá por eso convence.
Hace bien lo importante: café rico, fácil y sin ocupar media cocina.
En casa ha encontrado su sitio. Y eso que yo también venía con cierto escepticismo.
Si llevas tiempo pensando en dejar las cápsulas, pero no quieres complicaciones baristas, puede que esta sea esa cafetera sensata que estabas buscando.
Y ya sabes: si la pruebas, deja tu comentario y me cuentas. El café siempre da para buenas conversaciones.
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