Es la primera vez que visitamos Alcossebre, en Castellón (y eso que vivimos en la misma provincia) así que nuestra experiencia te servirá también si vienes por primera vez. Nos alojamos en el Hotel Alcossebre porque además de que está frente al mar ofrece un código descuento exclusivo a la comunidad de Ahorradoras: ver código descuento Hotel Alcossebre.
La primera impresión fue de que era un hotel nuevo o recién remodelado ya que las instalaciones están muy bien. Después, hablando con el personal del hotel nos dijeron que había sido remodelado hace unos años. La verdad es que el hotel está muy bien conservado.
Antes de hablar de las habitaciones y otras instalaciones te hablaré de la ubicación. Ya te adelantaba que está frente al mar, desde gran parte de las habitaciones se puede ver y oír las aguas del mediterráneo. Esto no sólo es una maravilla para hacerse fotos que vas a querer mirar durante todo el año si no que además da una paz y un relax indescriptible.
La playa la tienes al lado y a solo 250 metros tienes el paseo marítimo de Alcossebre con lo que hay restaurantes y tiendas a un paso, como aquel que dice.
Al hotel accedimos por una calle lateral, después de haber aparcado en la avenida paralela pensando que no encontraríamos sitio libre al ser Julio. Después pudimos comprobar que prácticamente frente al hotel y justo delante del mar hay un parking gratuito donde aún quedaba alguna plaza.
Si vienes y está completo, en la parte de atrás del hotel hay un parking al aire libre donde suele haber bastantes plazas disponibles.
Al entrar en recepcion la sensación era de hotel nuevo, como te decía, muy moderno y limpio. Sensación de confort, de que : ¡No vamos a estar nada mal! A la izquierda estaba la puerta de acceso al restaurante buffet y, desde gran parte de él, también hay vistas al mar. Luego te hablo del buffet.
Un poco más adelante, a la derecha está la recepción. Me pareció distinto a lo que estamos acostumbrados que suele ser encontrar la recepción lo primero, solo por curiosidad. Allí hicimos el check-in y nos explicaron el horarios de las comidas, cómo llegar a las instalaciones como la piscina, solárium, bar de la piscina, sala de juegos…
Mientras estábamos esparando a que nos atendieran yo ya había echado un vistazo al programa de animación para niños y adultos. No tienen miniclub como tal como sí tiene el Gran Hotel Peñíscola pero sí se organizan actividades para toda la familia, tanto de día como de noche.
Desde la recepción se ve la terraza que forma parte del restaurante. Al principio me dio la sensación de que era una zona no destinada a esto pero después vimos a gente comiendo, debe ser una pasada comer en esa terraza. Y entre esa zona y la recepción hay un pasillo amplio con sillones donde seguro se está muy a gusto leyendo un buen libro antes de ir a cenar después de un día de playa y piscina. O mientras los demás están haciendo la siesta en la habitación.
Vamos con la habitación, que fue lo siguiente que vimos. Subimos a la tercera planta, donde estaba ubicada la nuestra. Al salir del ascensor me sorprendió que no llegáramos a un pasillo cerrado si no uno exterior con todas las paredes de madera como extensión del material de las puertas.
Casi al fondo del pasillo estaba la nuestra, era de las que dan frente al mar. Después de mis peripecias para lograr abrir (las tarjetas-llave de hotel y yo no nos llevamos muy bien) mientras mi marido me grababa para subiros un reel, accedimos a la habitación que nos habían asignado.
Era una júnior suite. Por tanto tenía dos camas dobles juntas y una zona tipo salón con sofá cama doble (es decir, en dos piezas que se convierte en dos camas) , nevera y televisor.
Este tipo de habitación es espectacular (hay 4 en el hotel) por la amplitud pero también porque tiene dos terrazas : una en la zona dormitorio y la otra en la zona salón que son independientes, con su mesa y sillas cada una, y con sus vistas al mar.
Si venís varias personas y hay disponibilidad, este tipo de habitación os encantará.
Si no, las otras habitaciones están fenomenal, unos familiares estuvieron en ellas y muy a gusto también. Las dobles tienen terraza. Las triples tienen ventanal ya que tienen las mismas o parecidas dimensiones que las dobles pero el espacio que la doble tiene de terraza, la triple lo tiene para la cama adicional.
El baño era correcto, con bañera. Ahí sí se intuía más que no era un hotel nuevo. Sin embargo, era amplio y, lo más importante, impecablemente limpio. Además, al dar al pasillo exterior tiene luz natural.
Por cierto, si te has alojado alguna vez, como nosotros, en otro hotel de la cadena como puede ser el Gran Hotel Peñíscola del que te hablaba antes, detectarás el olor característico enseguida.
Nada más llegar a la habitación dijimos : – ! Aquí huele al Gran Hotel!
En cuanto a las vistas desde la nuestra: enfrente unas casas (más bajas que la habitación) entre y sobre las que se ve el mar. De hecho casi que sientes el agua en tu piel cuando rompen las olas. Es un poco exagerado pero he dicho «casi».
A la izquierda mar y Puerto deportivo, el faro (mis amados faros), a la derecha más mar y paseo marítimo.
Después de dejar las maletas bajamos a comer así que ahora os hablo del restaurante.
Un salón de forma alargada con la zona de buffet al principio a la derecha salvo los postres, que están al final con el mar de fondo.
El surtido era correcto. Zona de ensaladas, de cocina en vivo o show cooking, de cuencos con ricas ensaladas y pastas, etc. No es de los más grandes que he visto pero es que el hotel no necesita más. No se trata de un hotel de aglomeraciones si no más bien un hotel de tamaño medio, diría.
Siempre suelo crear mi lista de favoritos en cada restaurante de hotel al que voy. Detecto algún plato que pasa a ser, para mis recuerdos, el sello de ese restaurante. Por ejemplo, de Gran Hotel Peñíscola es la manzana asada de su surtido de postres. Desde que la probé ya no puede faltar y cada vez que me alojó allí voy directa a la zona de postres para comprobar que la siguen haciendo. Y me alegra mucho.
Después, cuando la como en algún otro lugar, siempre me hace viajar a ese hotel.
En el hotel Alcossebre fue el boniato asado que sabía espectacularmente rica y la mouse de fresa. Si vas, pruébalos. Ya me contarás.
Después de comer fuimos a ver la piscina y el bar que está junto a ella. Me pareció una de las zonas con más encanto del hotel. Además, como habíamos comido pronto, la zona estaba súper tranquila porque toda la gente estaba comiendo entonces.
Frente a la piscina hay un edificio de habitaciones que pertenece al hotel. También debe tener muy buenas vistas, a la piscina y, las plantas más altas quizá hasta igual puede que vean el mar.
La piscina es enorme, más que lo que parecía en las fotos. Tiene una forma de la que estuvimos hablando días antes porque cada uno de nosotros creía que representaba algo diferente. Comentábamos que si podría ser un símbolo de Alcossebre, una palmera… También podría ser una trébol de tres hojas que diera suerte a todo aquel que se bañarse en ella.
Veremos a ver si notamos algo aunque la suerte ya la tenemos con personas como tú leyendo este post y formando parte de la comunidad de Ahorradoras.
Junto a la piscina grande hay otra infantil y más adelante, en los bajos del edificio que te decía que mira a la piscina, es donde está la sala de juegos recreativos.
Volviendo al bar de la terraza, me gustó mucho lo amplio que era, me dio la sensación de que debe ser posible encontrar sitio, al menos la mayoría de las veces. Me encantó el mobiliario.
De hecho estuve un buen rato con el ordenador portátil trabajando allí escuchando el sonido del agua de la piscina mientras corría un airecito muy agradable. Por cierto, a la llegada te invitan a una bebida en ese bar. En nuestro caso fue agua de Valencia y como el día que llegamos era más tarde de la hora del cóctel (de 11 a 12), fuimos el día siguiente. Puedes ir cuando quieras en ese horario. Nuestro cóctel nos lo sirvió María que es majisima y super servicial, el agua de Valencia estaba de 10.
Sobre lo que hay para ver te diré que ya nosotros vivimos en zona de playa, sí queríamos probar la de Alcossebre pero teníamos pensado visitar otros lugares que, aunque también nos queden cerca, no habíamos visitado. Como la Sierra de Irta.
Siguiendo las indicaciones de los recepcionistas la mañana siguiente fuimos en coche hasta el faro y con calzado cómodo nos recorrimos el litoral de este parque protegido. No todo porque son 22km hasta Peñíscola.
Un buen amigo, que vive en Alcossebre, nos dijo que de vez en cuando se desplaza hasta Peñíscola en bici atravesando la Sierra de Irta. En ocasiones, al amanecer. ¡Qué maravilla! Esta excursión ( no hace falta hasta Peñíscola) no te la puedes perder.
El ultimo día nos fuimos a Aquarama (por primera vez también, semana de primeras veces). Queda cerca de Alcossebre y sin duda merece la pena porque vais a pasar un día entero divertidísimo. Si vais con peques triunfaréis seguro. Si no, también. En el parque nos volvemos niñas y niños antes de entrar. Además si os cogéis los combos con la comida ya no hace falta ni preocuparse, comes muy bien y salen genial de precio. Más aún con este descuento para Aquarama que tenemos en exclusiva en Ahorradoras.
Es un hotel que está abierto desde Junio durante los meses de verano, ideal para quien busca un hotel frente al mar.
En una zona de la costa del Azahar con montones de atractivos alrededor y justo al lado del parque natural de la Sierra d’Irta. Muy cerca de Peñíscola por si os aparece desplazaros y con el Parque acuático Acuarama a unos 20minutos apenas del hotel.
Sensación de nuevo, muy limpio, instalaciones de 10 y no masificado. El personal del hotel todo muy atento y dispuesto a hacer que tu estancia sea super agradable. En nuestro caso, especial mención a María y Mario de restaurante y Neus de recepción 🙂 que nos atendieron genial.
Ideal para parejas o familias.
Y si vas con hijas o hijos mayores de 12 (a partir de esta edad pagan como adultos) y para las fechas que buscas se te fuera de precio, mirate la opción de los apartamentos en Alcossebre de la misma compañia: también tenemos descuentos para Casa Ahazar, que es como se llaman.
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