Cómo limpiar los fogones de gas

Una de las preguntas que más se repiten en nuestras redes sociales cuando compartimos trucos de cómo limpiar la vitrocerámica es cómo limpiar los fogones u hornillos de las cocinas de gas.

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Y es que aunque las placas de inducción son muy cómodas para limpiar hay quien no quiere renunciar al sabor que da el gas y las ollas de barro a los pucheros y prefieren tener cocinas de gas. Lo malo de este tipo de fogones es que son más laboriosas para limpiarlas pero nada que no se de solucionado.

Hace un tiempo te explicaba que no es recomendable lavar los fogones en lavavajillas, aquí puedes ver porqué. Como siempre, la forma de limpiarlos va a depender de lo sucios que estén y de la cantidad de grasa que hayan acumulado. Si están muy sucios deberás dejarlos a remojo unas horas con agua caliente y un chorro de vinagre. Luego con la ayuda de un producto específico para hornos (si ya lo tienes en casa) con este quitagrasas casero o con bicarbonato rocías bien los fogones y los frotas con un estropajo de fibra verde, un estropajo «nanas» de aluminio o con un estropajo de los que traen jabón incorporado y no rayan.

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Luego enjuaga con agua tibia y sécalos bien. Si tienen orificios asegúrate de que no estén obstruidos (por ahí sale la llama) si es necesario ayúdate del secador de pelo y de una aguja. Las parrillas de la cocina también puedes ponerlas a remojo y luego seguir el mismo proceso.

Un truco que usa mi madre cuando sabe que va a cocinar mucho es forrar toda la cocina con papel de plata, haciendo orificios donde van los fogones. Luego pone encima las parrillas y así evita que la grasa que se cae en la cocina se queme. Cuando la zona que está alrededor de los hornillos coge un color feo le añade un chorro de lejía (con mucho cuidado de que no entre en el hueco de los hornillos) y al cabo de un rato la friega. Otros productos que os pueden dar buenos resultados son el Ajax en polvo o el Cif, que viene a ser más o menos lo mismo pero en formato líquido.